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Dicen que se reconoce a un genio cuando todos los necios se conjuran contra él, cuando éste empieza a asombrar al mundo.
Este genio llevaba años asombrando a la gente del fútbol, su mundo, pero fue en el estadio Azteca, durante el mundial de México de 1986, cuando Diego Armando Maradona traspasó los confines del planeta fútbol, para convertirse en un mito.
Una soberbia actuación en cuartos de final ante Inglaterra, algo más que un rival deportivo, en el que marcó los dos goles más comentados de la historia del fútbol, y cargando a sus espaldas a todo un país en la final del campeonato contra
Alemania, culminaron la que ha sido la mejor actuación individual de un jugador en toda la historia de los mundiales. Y como de niño predijo con una seguridad pasmosa en una entrevista de televisión en un potrero con más piedras que tierra, levantó
la copa del mundo con la sonrisa del genio que sabe que por fin ha conseguido su obra maestra. Curiosamente, 16 años antes, en ese mismo estadio Pelé, que dejó de ser el mejor del mundo el mismo día que el niño anunció en televisión que iba a ganar un mundial, cerró el periodo más importante de su carrera, también levantando la copa (más fea y con el nombre de un francés)
Toda estrella tiene un lado oscuro, y la oscuridad del astro Maradona ha sido tan comentada como su brillo, por aquellos a los que siempre les molestó su luz. Y es que los genios nunca supieron adaptarse a la vida fuera de su mundo. Maradona, estrella de los 80, como otras tantas, cayó en los brazos de una femme fatale, por aquel entonces desconocida, en cuyo refugio parecía encontrar el camuflaje perfecto para no parecer vulgar mientras no estaba jugando al fútbol. Una adicción, que repercutió más en su reputación que en su juego. Difícilmente defendible desde una visión de persona del siglo XXI, entendible para todo aquel que viviera a tope durante
los años 80. Simplemente fue tan vulgar como las estrellas de ahora, adictas a subir sus selfies al instagram, o gastar fortunas en tintarse el  pelo.

Las botas de fútbol que hoy te traemos son una réplica de las que usó Diego Armando Maradona en la final de campeonato del mundo de México en
1986, en las que Puma ha incorporado las tecnologías que ha ido implementando en sus productos durante todo este tiempo. La carcasa de las botas está fabricada en piel, diseñada para adaptarse y ajustarse de forma natural a la forma del pie, y su suela está fabricada en un materia sintético superligero, mucho más flexible que el de las botas de aquella época. Además la suela integra unos tacos HG de goma, ideales tanto para terrenos duros o mojados, y también para campos de césped artificial. Y aunque tienen una sutil linea amarilla, mezclada con el habitual blanco del
diseño puma, en su color predomina el negro, como mandan los cánones. Unas botas de culto, a un precio de chollo. Las tienes disponibles en todas las tallas desde el 40,5 hasta el 47 por 26,00€ más 6,05€ de gastos de envío.

Si el partido del siglo se juega cerca de tu casa, y no lo van a ver 400 millones de personas, éstas son tus botas.

¿De qué planeta viniste?

Gráfica aproximada de evolución de precios: